jueves, 27 de septiembre de 2012

Oteando el horizonte

                                                             Angelo Prey ©


Suben a la atalaya por ver si algo cambia, si los tiempos que corren mejoran y todo vuelve a ser menos cutre, menos injusto, menos despiadado. Sin embargo, un espectador avisado les está diciendo claramente que no, que las cosas van para largo, con ese lento morir de las ilusiones, de los proyectos.

La gente sale a la calle y manifiesta su descontento, sus frustraciones. Exige justicia, pero nadie les escucha. Vidas truncadas, proyectos cancelados porque los que tienen la obligación de administrar el bien común lo han dilapidado o lo han trasladado a paraísos fiscales. Con absoluta impunidad.

¿Hasta cuando?